Somos un espacio que reúne un colectivo de artistas de diferentes rubros -ilustradores, poetas, ceramistas, arquitectos, orfebres- que utilizan el tatuaje como otro medio de expresión y exploración.

Este proyecto nació desde el amor y la libertad, fue fundado por Alejandra Salas (@asalasatattoo) y Andrea Jerez (@andreajerez_) pareja de mujeres migrantes venezolanas.

En Pumarosa olvidamos que estamos cerca de la ciudad, esta es nuestra cabaña en la montaña y las personas que nos visitan dicen que sienten eso: una atmósfera cálida y hogareña.

Pensamos en el tatuaje como un ritual, un proceso mucho más profundo de lo que se reconoce socialmente. Estamos acompañando un momento de transformación. Un tatuaje puede sanar un dolor, recordar un momento alegre, honrar el pasado, coleccionar una obra, decorar el cuerpo, construir la identidad. Así, entendemos que estamos marcando no sólo la piel de una persona sino su historia.

El nombre Pumarosa se refiere a una fruta característica de Venezuela que se arranca directo de los árboles y viene acompañada de una flor muy exótica y peculiar. “Pensamos en que esta fruta representa el arte que queremos promover: fresco, rebelde, sincero, escondido entre las ramas de los árboles”.

Como diseñadoras tenemos una gran inclinación por la belleza y lo estético pero también nos atrapa la tradición, la tierra, la riqueza simbólica de la cultura latinoamericana.

Nuestro concepto habita en esa mezcla: diseño y tradición.