Se interesó desde chica por las artes escénicas y la filosofía. Fue actriz y luego directora de teatro independiente. Se recibió de diseñadora gráfica y comenzó a tatuar en el 2018. El hecho de tener un cuerpo, lo que en él late, fructifica, puede ¿hasta dónde llega? es su motor de interés y estudio.  

Deja de lado las nociones de sujeto y representación y percibe la experiencia de estar en el mundo como un viento que nos arrastra. Desde allí piensa al tatuaje: una performance inexplicable. Nadie sabe bien por qué se tatúa y sin embargo persiste el arrastre, el contagio que llega como el viento, un juego feroz. El cuerpo es un misterio y el tatuaje, al hacer contacto con el canal sanguíneo del cuerpo, se inscribe como un misterio más, un ritual íntimo y sumamente poderoso.

Lo que intenta transmitir en su trabajo es una mezcla de fuerza y delicadeza, potencia y sensibilidad. Por medio de líneas finas, indaga en el universo esotérico y medieval, además de interesarse en el microrealismo y color.